En este artículo quiero hablar del estrés.
Seguramente lo sepas y pienses que estás estresado, o tal vez pienses que como estrés tiene todo el mundo, lo tuyo es algo normal.
Este artículo no tiene ninguna referencia ni validez científica, es una opinión personal para que entiendas que es el estrés.
¡Vamos al lío!
¿QUÉ ES EL ESTRÉS?
Para responder a esta pregunta que mejor que la RAE la cual lo define como:
Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves.
La RAE nos da una definición de lo que es el estrés.
El estrés es un mecanismo que ponemos en marcha cuando nos vemos saturados de situaciones que superan nuestros límites.
El estrés nos ha ayudado durante millones de años a sobrevivir.
Cuando éramos homínidos y necesitábamos escapar de un diente sable, el estrés se activaba para poner en marcha el mecanismo de alerta ante el depredador.
Hoy en día el ser humano está en alerta constantemente por culpa de factores externos o internos que muchas veces están alojados en nuestra mente.
Cuando estamos estresados nuestro bienestar físico y emocional altera nuestra vida cotidiana y personal.
Los motivos por los que podemos sufrir estrés son varios y depende mucho de la situación que esté viviendo cada persona.
El estrés se puede considerar como un proceso de alerta que nos obliga a adaptarnos al medio que percibimos día a día.
Las causas que pueden ocasionarlo pueden ser varias, pero siempre que hablamos de estrés, solemos considerarlo como una situación mala y a veces no es así.
Existe el estrés positivo, como el de los homínidos cuando tenían que escapar del diente de sable, o por ejemplo cuando hace frío, los músculos suelen contraerse de forma involuntaria para producir calor.
El estrés es necesario para la vida, pero con el avance de la sociedad, las situaciones cotidianas o laborales activan el mecanismo de estrés aunque nuestra vida no corra peligro.
IDENTIFICAR EL ORIGEN
El estrés es un estímulo que se activa en las personas ante situaciones de alerta.
El estrés se activa ante un estímulo, después hay un periodo de mantenimiento del estrés según el estímulo que lo haya provocado y por último, si la situación del estímulo que ha provocado desaparece, el estrés pasará a una actividad de agotamiento.
Al activarse el estrés manifestamos reacciones como agilizar el pensamiento, ser más enérgicos o aumentar la eficacia de nuestras capacidades ante determinadas situaciones.
A lo largo del día todas las personas activamos el mecanismo del estrés sin consecuencias negativas para realizar nuestras actividades cotidianas, mejorar el rendimiento o superar metas o retos.
¿Entonces por qué se considera un síntoma que debemos evitar?
Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, el estrés se va activando a lo largo del día y desactivando.
Cuando activamos el estrés gastamos energía, el organismo segrega hormonas para activarse.
Lo malo es que si el gasto energético es continuo porque nuestro estrés es permanente, el organismo no puede recuperar la energía y los recursos se van gastando.
Si nos mantenemos en una situación continúa de estrés el organismo se va desgastando.
Por ejemplo, si tenemos época de exámenes a la vista, nuestro organismo activa la alerta de estrés, no dormimos bien, quitamos horas de sueño para estudiar y la consecuencia es la falta de sueño y el estado de cansancio continuo.
Las causas del estrés vienen dadas por factores externos que nos hacen mantenernos en estado de alerta.
LOS SÍNTOMAS MÁS COMUNES DE UNA VIDA ESTRESANTE
El estrés causa muchos síntomas físicos, psicológicos o emocionales como pueden ser:
- El dolor de cabeza es un síntoma muy frecuente. El más común es el dolor de cabeza tensional, provocado por la tensión muscular de la cabeza, mandíbula, cuello.
- Suele afectar a la pérdida de memoria.
- Afecta a nuestro aparato digestivo con síntomas como diarrea o estreñimiento.
- Quita energía y nos afecta a la concentración, cuando te centras tanto en un tema y este te provoca estrés quitas atención al resto de cosas.
- Puede provocar cambios de conducta por modificar nuestro estado anímico y emocional.
- Nos puede provocar problemas como la ansiedad o la depresión.
- Provoca problemas cardiovasculares o musculo esqueléticos como tensiones, nudos, fatiga.
- Provoca cambios en los hábitos alimentarios, como la falta de apetito o la ansiedad de comer, produciendo cambios de peso que habitualmente están vinculados a un estilo de vida sedentario.
- Si te sientes cansado constantemente y sin ganas de hacer muchas cosas puede ser porque estás agotado y te falta energía que se consume por el estrés.
- Provoca problemas a nivel sexual generado por el cansancio inhibiendo el apetito sexual.
- Tanto el insomnio como la falta de sueño es un síntoma de estrés que nos dificulta para conciliar el sueño y nos afecta a la calidad del mismo.
- El envejecimiento prematuro también es síntoma de estrés, si no descansamos bien nuestras células aceleran el envejecimiento, si no duermes de forma continua se acumulará el estrés.
Estos son algunos de los síntomas que puedes tener al padecer estrés, si no atacamos al problema a tiempo este puede derivar en problemas más graves.
¿CÓMO PREVENIR SITUACIONES ESTRESANTES?
Como ya sabes, el estrés es necesario para nuestras actividades que nos demandan esfuerzo físico y que estemos activos.
Lo malo del estrés, es cuando se apodera de nosotros y forma parte de nuestro día a día de forma continua.
Para saber si el estrés que estás padeciendo es bueno o malo existe una fórmula sencilla.
Si te sientes estresado de forma continua y sin necesidad, es síntoma de que padeces estrés y es necesario frenarlo para evitar poner en riesgo tu bienestar.
La clave está en no superar el gasto de energía y usar la energía necesaria para resolver los problemas.
Si nos excedemos en el gasto energético para solucionar una situación estresante es cuando nuestro organismo se ve afectado de forma más plausible.
Para frenarlo hay que parar y analizar los problemas desde otra perspectiva, haciendo consciente nuestro estado de alerta e intentar tomar otros caminos o afrontarlos de forma más pausada.
Cuando paramos y analizamos las situaciones, nos da una perspectiva que nos aporta confianza para resolver los problemas con nuestras capacidades para evitarlos o afrontarlos.
Todo esto que te cuento es muy subjetivo, cada persona tiene sus motivos y sus capacidades para afrontar problemas.
LOS TIPOS DE ESTRÉS MÁS COMUNES
El estrés lo podemos dividir en dos grupos dependiendo de la intensidad y frecuencia en el tiempo.
EL AGUDO
- El estrés agudo se ocasiona en un breve periodo de tiempo y suele desaparecer cuando la situación o el estímulo que lo ha provocado desaparece.
- Es normal que vivamos estrés agudo en alguna situación del día a día.
- Este tipo no suele durar muchos días ni ocasionar grandes problemas importantes para la salud.
- Si solventamos rápido el problema que nos ha causado estrés, este desaparecerá y volverás a tu ritmo de vida normal.
EL CRÓNICO
- Cuando tienes situaciones que te van provocando día a día estrés agudo, este se puede convertir en crónico.
- El tiempo puede ir de semanas a meses.
- Si una situación o estímulo te ha provocado estrés agudo y no has sido capaz de afrontar o superar dicha situación, se puede convertir en estrés crónico.
- Muchas personas que están acostumbradas a vivir con estrés pueden acostumbrarse tanto a la situación que acaban sufriendo problemas más graves.
- Este tipo de estrés suele darse cuando la persona no ve una salida o solución a una situación o estímulo.
- Si la solución no llega, el nivel del estrés se mantiene en el tiempo.
- Muchas veces hay personas que han vivido malas situaciones o experiencias que les han provocado estrés, no han sabido desprenderse de ellas y se queda latente.
¿CÓMO SABER SI ESTOY ESTRESADO?
Si quieres saber si tienes estrés o no, lo más adecuado es que acudas a algún experto para identificar a base de cuestionarios o pruebas si lo padeces.
Uno de los cuestionarios más usados es la escala diseñada por Cohen en la que se lanzan unas preguntas que la persona tiene valorar de cero a cuatro, siendo cero nunca y cuatro siempre.
Algunas de esas preguntas son:
- ¿Con qué frecuencia ha estado afectado por algo que ha ocurrido inesperadamente?
- ¿Con qué frecuencia se ha sentido incapaz de controlar cosas importantes en su vida?
- ¿Con qué frecuencia se ha sentido nervioso o estresado?
- ¿Con qué frecuencia ha manejado con éxito los pequeños problemas irritantes de la vida?
- ¿Con qué frecuencia ha sentido que ha afrontado efectivamente los cambios importantes que han estado ocurriendo en su vida?
- ¿Con qué frecuencia ha estado seguro sobre su capacidad para manejar sus problemas personales?
- ¿Con qué frecuencia ha sentido que las cosas le van bien?
- ¿Con qué frecuencia ha sentido que no podía afrontar todas las cosas que tenía que hacer?
- ¿Con qué frecuencia ha podido controlar las dificultades de su vida?
- ¿Con qué frecuencia ha sentido que tenía todo bajo control?
- ¿Con qué frecuencia ha estado enfadado porque las cosas que le han sucedido estaban fuera de su control?
- ¿Con qué frecuencia ha pensado sobre las cosas que le quedan por lograr?
- ¿Con qué frecuencia ha podido controlar la forma de pasar el tiempo?
- ¿Con qué frecuencia ha sentido que las dificultades se acumulan tanto que no puede superarlas?
CONSEJOS PARA MEJORAR TU ESTRESANTE VIDA
Como ya sabrás, el estrés es necesario en nuestro día a día o ante situaciones que necesitamos resolver, lo malo es cuando este se vuelve crónico.
Si crees que tienes estrés has de intentar reducirlo al máximo posible, te dejo algunos consejos para reducir el estrés:
- Reconoce la situación que te ha provocado estar estresado para afrontarla mejor.
- Evita darle más caña al organismo con hábitos poco saludables. Comer en exceso, fumar o consumir drogas no reducirán tu estrés.
- Reconocer y admitir que hay situaciones que no se pueden cambiar y por mucho daño que nos hagan lo mejor es abordarlas desde otra perspectiva.
- Aléjate todo lo que puedas de las causas que te lo provocan.
- El deporte y hacer ejercicio de forma regular ayuda a liberar estrés.
- La actitud con la que te enfrentes a los problemas ha de ser más positiva y no verte en un halo de negatividad que no hace más que nublar el problema y no te ayuda a ser resolutivo.
- Las técnicas de relajación ayudan mucho a combatirlo como el mindfulness, yoga o pilates.
- Si eres una persona que te pones muchas tareas por hacer, tienes que aprender a poner límites para que la lista de cosas por hacer no te sobrepase.
- Comer bien, equilibrado, sin atracones ni exceso de comida basura te reportará bienestar.
OTRAS CAUSAS QUE LO ORIGINAN
Para ir terminando este post te contaré otros tipos y causas que solemos padecer y que no están provocados por un estímulo del día a día si no que se pueden considerar como estrés crónico.
ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
Este tipo de estrés lo padeces cuando has tenido que afrontar una situación muy traumática en la que has tenido un riesgo importante.
La muerte de un ser querido o un accidente de tráfico pueden ser factores de un estrés postraumático.
La reacción del miedo es intensa cuando padeces este tipo de estrés y tiendes a protegerte demasiado frente a las amenazas de peligro.
Cuando recuerdas o tienes algún pensamiento de lo que te produjo el trauma, puedes experimentar la situación de que lo estás viviendo de nuevo.
Cuando esto sucede tu organismo activa las respuestas fisiológicas como el aumento del ritmo cardíaco o la temperatura entre otras.
Nos puede dificultar realizar nuestras acciones cotidianas por culpa de los sentimientos que nos producen las situaciones creando una fuerte ansiedad que puede alterar los procesos cognitivos.
Si no superamos el trauma este puede llegar a cronificarse.
Vivir el miedo de forma continua conlleva a un desgaste del organismo y puedes desarrollar el trastorno denominado estrés postraumático.
Si no lo tratas a tiempo este puede empeorar con el tiempo y agravar a otros trastornos como la depresión.
Si te encuentras en esa situación o te sientes identificado con las palabras lo mejor que puedes hacer es acudir a un profesional.
Se recomienda que seas consciente de la consecuencia que puede tener la vivencia que recuerdas de forma traumática.
Conocer las causas de tu trauma ayuda a desarrollar habilidades para controlar las emociones y superarlas con éxito.
ESTRÉS LABORAL
El estrés laboral suele ser uno de los tipos que más padece la sociedad.
Te puede ocasionar conflictos emocionales o la incapacidad de continuar con tu trabajo.
Cuando se nos exige demasiado en el entorno laboral ponemos en marcha un mecanismo para tomar decisiones más rápido, acortar los procesos de acción y ordenar mejor los pensamientos.
De esta forma se incrementa el rendimiento y productividad del trabajador.
Se ha comprobado que cuando un trabajador lo sufre, este deja de ser productivo o su capacidad de afrontar el trabajo disminuye.
Muchas empresas ponen en marcha programas en sus trabajadores porque conocen los beneficios de tener a trabajadores des estresados.
Si lo padeces, puedes afrontarlo cambiando la perspectiva con la que te afrontas al trabajo o cambiando de trabajo si las circunstancias te lo permiten.
RELACIONADO CON EL DOLOR
Cuando padecemos estrés crónico este se asocia al dolor.
Cuando vivimos en situaciones de estrés cotidiano en nuestro día a día aumenta el umbral de dolor porque tu cuerpo te prepara para estar atento y luchar con las adversidades del día a día.
Cuando se cronifica, el organismo gasta más energía de la que debiera provocando desajustes provocados por un desequilibrio energético afectando a otras partes de tu organismo.
Los dolores pueden aumentar como el de cabeza, muscular o estomacal.
LA PANDEMIA DE LA COVID
Con la pandemia de coronavirus que empezó en marzo de 2020 han aumentado los problemas de salud asociados al estrés causantes por el coronavirus.
No saber qué va a ocurrir, tener un futuro incierto, la crisis económica, la falta de actividad física o la poca interacción social hacen que aumente el estrés.
El miedo al coronavirus, el haberlo pasado o tener familiares que han fallecido o que han tenido secuelas tras el Covid-19 hacen que nuestros pensamientos se estanquen en el miedo, el trauma o la incertidumbre, incrementando los niveles de estrés.
Y hasta aquí una guía básica para entender el estrés.
Te puede interesar: